Nadie mejor que un niño para hacernos sonreír y para recordarnos que todo lo malo pasa. Quedarnos con los pequeños detalles que nos ofrece la vida y aprender de las situaciones inesperadas que nos encontramos es un reto que ahora todos podemos aprovechar.
Me tomo la libertad de dedicar esta entrada y las sonrisas de nuestros niños y niñas a alguien especial que necesita la fuerza y la energía de los colores del arcoiris en este momento.
¡No paréis de enviarnos!
#quédateEnCasa
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